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Manejo integrado de plagas en el cultivo de papa:
control de la mosca blanca
Integrated pest management in potato cultivation:
whiteflies control
Edeniel Quintana Salgado
0009-0006-4862-5263
Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez”
edee901@gmail.com
Cita en APA: Quintana, E. (2024). Manejo integrado de plagas en el cultivo de papa: control de la mosca
blanca. Revista Latinoamericana de Ciencias Agrarias, 2(2), pp. 31 - 43.
Revista Latinoamericana de Ciencias Agrarias | ISSN (en línea): 2961-2764
Vol. 2, núm. 2, pp. 31 - 43.
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Resumen
El Manejo Integrado de Plagas (MIP) se ha consolidado como una estrategia clave para el
control de plagas en la agricultura moderna, especialmente en cultivos estratégicos como la
papa. Tiene como objetivo principal difundir resultados y conocimientos sobre el manejo
de la mosca blanca, un insecto que representa una amenaza significativa para la producción
agrícola. La mosca blanca no solo afecta el rendimiento de los cultivos, sino que también
compromete la calidad del producto, lo que puede tener repercusiones económicas severas
para los agricultores. La identificación precisa de la mosca blanca es un primer paso esencial
en la implementación de un programa de MIP. El control biológico mediante la
introducción de enemigos naturales, ofrece una alternativa sostenible que puede
complementar otras estrategias. En cuanto al uso de productos químicos, es importante
abordarlo con responsabilidad. Si bien los insecticidas pueden ser necesarios en casos de
infestaciones severas, su aplicación debe ser estratégica y basada en monitoreos constantes
para evitar la resistencia y minimizar el impacto ambiental. La combinación de estos
métodos, junto con la educación continua de los agricultores y técnicos en sanidad vegetal,
es fundamental para lograr un manejo efectivo y sostenible. El intercambio de información
y experiencias fortalecerá la capacidad del sector agrícola para enfrentar los desafíos que
presentan la mosca blanca y otras plagas, garantizando así una producción sostenible y
rentable.
Palabras clave: biológico, control, sostenible, químicos
Abstract
Integrated Pest Management (IPM) has established itself as a key strategy for pest control
in modern agriculture, especially in strategic crops such as potatoes. Its main objective is to
disseminate results and knowledge on the management of whitefly, an insect that
represents a significant threat to agricultural production. Whitefly not only affects crop
yield, but also compromises product quality, which can have severe economic repercussions
for farmers. Accurate identification of whitefly is an essential first step in the
implementation of an IPM program. Biological control through the introduction of natural
enemies offers a sustainable alternative that can complement other strategies. Regarding
the use of chemicals, it is important to approach it responsibly. Although insecticides may
be necessary in cases of severe infestations, their application must be strategic and based on
constant monitoring to avoid resistance and minimize environmental impact. The
combination of these methods, together with the continuous education of farmers and
plant health technicians, is essential to achieve effective and sustainable management. The
exchange of information and experiences will strengthen the capacity of the agricultural
sector to face the challenges posed by whitefly and other pests, thus ensuring sustainable
and profitable production.
Key words: biological, control, sustainable, chemical
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Introducción
El cultivo de la papa (Solanum tuberosum L.) tiene gran importancia a nivel mundial,
constituye el cuarto producto más cultivado y el primero no cerealero, es producido y
consumido en más de 100 países. Más de la mitad de estas son sembradas en países no
desarrollados, lo cual las convierte en un valioso producto comercial para miles de
agricultores de bajos ingresos y en un cultivo recomendado para garantizar la seguridad
alimentaria de los consumidores más vulnerables (FAOSTAT, 2008).
S. tuberosum es un cultivo que ha ganado considerable importancia en las últimas
décadas. Aunque se originó en América, se cultiva en Europa, Asia y África; actualmente,
China es el mayor productor de este tubérculo (FAOSTAT, 2010). Es uno de los cultivos
más importantes para la producción de alimentos y tal vez ningún otro en la historia
contemporánea ha jugado un papel tan relevante en la seguridad alimentaria y la nutrición
con un impacto en el bienestar social de las personas (Sarkar, 2008).
La papa es una valiosa herramienta en la lucha contra el hambre y la pobreza, lo
cual es una de las razones por las que la ONU declaró el 2008 como Año Internacional de
la Papa. Este evento atrajo la atención hacia el papel crucial que la “humilde papa” tiene
en la agricultura, la economía y la seguridad alimentaria del mundo (Devaux et al., 2010).
Se encuentra entre los diez alimentos más importantes producidos en los países en
vías de desarrollo (FAOSTAT, 2013). Según las estadísticas de la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a nivel mundial se
sembraron casi 17,8 millones de hectáreas del cultivo S. tuberosum, con una producción
cercana a 352,4 millones de toneladas y rendimiento promedio de 19,81 t ha-1 en el año
2011 (FAOSTAT, 2013). Más de 1 billón de personas en todo el mundo comen papa, y la
producción total excede los 300 millones de toneladas métricas; de igual forma, una gran
cantidad de estas producciones se comercializan a diferentes regiones del mundo, distantes
unas de otras, actualmente se destaca el comercio en países de Europa.
La papa es un cultivo de gran valor nutritivo y medicinal (Arcos & Zúñiga, 2016).
El suministro promedio anual de papa en la región de América Latina y el Caribe (LAC)
aumentó de 7,2 a 19,6 millones de toneladas en los años 1961-1963 y 2011-2013
respectivamente (Devaux,2018).
La papa (Solanum tuberosum L.) es un cultivo de amplia aceptación para el consumo
de la población en Cuba, y es considerado de alta tecnología debido a los grandes recursos
que se destinan a su producción anualmente. La producción de alimentos debe llevarse a
cabo y aprovechando al máximo los conocimientos y las tecnologías disponibles, sin
embargo, uno de los principales factores limitantes de la producción agrícola y de la calidad
de la cosecha lo constituyen las plagas y enfermedades, las cuales atacan a los cultivos desde
que las plantas inician su crecimiento, hasta su cosecha e incluso durante su
almacenamiento.
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El Manejo Integrado de Plagas (MIP) ha sido considerado una solución promisoria
de los problemas causados por los insectos dentro de la perspectiva de una agricultura
sostenible. En el MIP se establecen y orientan las estrategias y técnicas que deben utilizarse,
señalando la necesidad de integrar cada vez más los métodos de lucha que interaccionan
con el ecosistema. Por ejemplo, practicando la agrotecnología más adecuada, donde se
destaca la realización de siembras en las épocas óptimas; el uso de las variedades más
productivas y resistentes; el mantenimiento actualizado del riego y la fertilización del
cultivo; y el cuidado de la maquinaria de aspersión garantizando su óptimo estado.
El MIP se fortalece con acciones legales relacionadas con la calidad de la semilla
importada y nacional, y otras disposiciones, así como la necesidad de conocer y utilizar en
función de la producción el papel de cada insecto benéfico y parasitoide. También se
destaca la importancia de la biodiversidad y de trabajar por ella con acciones prácticas que
contribuyan a mejorar el ambiente disminuyendo la carga tóxica. Numerosos estudios
básicos y aplicados se han realizado sobre las principales plagas de la papa en Cuba que
incluyen a los pulgones Myzus persicae (Jiménez, 1980), Aphis frangularieae gossypii (La Rosa,
1993), el minador de las hojas Liriomyza trifolii (Murgido y Plá, 1992), el ácaro blanco
Poliphagotarsonemus latus, el nemátodo Meloidogyne spp. (Fernández, 1995), diversas malezas
(Labrada, 1982) y un grupo importante de enfermedades fungosas como Phytophthora infestans y
Alternaria solani (Rodríguez y Gómez, 1989).
De las aproximadamente 1200 especies de moscas blancas descritas hasta ahora en
América Central y el Caribe existen al menos 30 agrupadas en 15 géneros (Caballero,
1992). No obstante, con base en criterios tales como su persistencia, densidad poblacional,
ámbito de hospederos y distribución geográfica, se han distinguido Bemisia tabaci
(Gennadius) y Trialeurodes vaporariorum (Westwood) como las más importantes
económicamente en los trópicos (De Ponti et al., 1990).
Los problemas con moscas blancas han alcanzado una magnitud mundial en los
últimos años, lo cual ha hecho que se dediquen esfuerzos a investigaciones básicas y
métodos de control. El control químico ha sido la herramienta principal de combate y su
uso inadecuado ha conducido, entre otros, al desarrollo de resistencia de las moscas blancas
a insecticidas (Buitrago et al., 1994; Dittrich et al., 1990; Anderson, 1993) y a la resurgencia
de plagas (Cardona, 1995).
El objetivo del presente trabajo es brindar una panorámica, enfocándose en el
control de la mosca blanca en el cultivo de la papa a través de un Sistema de Manejo
Integrado.
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Metodología
La investigación se realizó teniendo en cuenta las fuentes de información primaria
existentes. Para ello se realizó una revisión sistemática de la literatura sobre el MIP en la
cual se encontraron libros, revistas científicas, documentos extraídos de sitios oficiales
como PubMed, Scopus, Google Scholar, Scielo y Science. Otras de las fuentes utilizadas
fueron conferencias.
Los términos de búsqueda y los filtros principales aplicados fueron 'Manejo
Integrado de Plagas', 'Plagas del cultivo de la papa' y 'Métodos de control' en las bases de
datos mencionadas anteriormente. Se incluyeron estudios publicados entre 2010 y 2024 y
algunos autores clásicos que evaluaron el Manejo Integrado de Plagas en el cultivo de la
papa. Se extrajeron datos sobre el diseño del estudio, la población, las intervenciones y los
resultados principales, y se realizó un análisis cualitativo de los resultados entre las
diferentes fuentes bibliográficas consultadas.
Se tuvo en cuenta los requerimientos para la implantación de Programas de Manejo
Integrado donde se identificó la plaga objeto de manejo, se definieron las unidades de
manejo y la estrategia mediante las técnicas confiables de monitoreo y supervisión
(metodologías de señalización) utilizadas por los autores para establecer los niveles de daño
económico y poder diseñar el manejo. Además, se identificaron las bases sobre las que debe
fundamentarse la estrategia del MIP donde se incluye la comprensión de la biología, el
comportamiento y la ecología de la plaga en estudio que permitan aplicar las tácticas más
adecuadas de control.
En especial, se consideraron los principios generales del MIP como realizar las
prácticas agronómicas con enfoque fitosanitario, aprovechar al máximo la biodiversidad,
incorporar las prácticas y métodos tradicionales, procurar la conservación del
medioambiente y la biodiversidad, lograr buenas prácticas fitosanitarias, maximizar las
tácticas preventivas, capacitar constantemente a los técnicos y agricultores, utilizar métodos
participativos en la validación y adopción de las tecnologías y lograr procedimientos de fácil
comprensión por los agricultores.
Resultados y Discusión
Identificación de la Mosca Blanca
Las moscas blancas, pertenecientes a la familia Aleyrodidae, son insectos pequeños,
de color blanco y con alas cubiertas de polvo ceroso. Se caracterizan por sus hábitos
alimenticios, consumen la savia de las plantas, principalmente de las hojas. Las adultas, que
miden alrededor de 1-2 mm, suelen tener un cuerpo de color amarillo pálido con alas
blancas o amarillentas. Las larvas son de forma ovalada, aplanadas y de color blanco o
amarillento, y se fijan a la superficie inferior de las hojas. Pueden ser difíciles de detectar a
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simple vista, pero pueden ser identificadas por la presencia de melaza (secreción pegajosa)
en las hojas y por el polvo blanco ceroso que se desprende cuando se agitan las plantas.
Ciclo de Vida de la Mosca Blanca
B. tabaci coloca los huevos en el envés de las hojas de forma asilada, en grupos
irregulares o en semicírculo; la eclosión ocurre después de 5-9 días a 30°C, dependiendo
de la especie hospedante, la temperatura y la humedad (Eichelkraut & Cardona, 1989;
Polack, 2005). Del huevo eclosiona una ninfa móvil, después de unas horas la ninfa se fija,
donde pasa por el segundo y tercer estadio. Al pasar por el tercer estadio, la ninfa pasa por
dos fases, en la primera se alimenta y en la segunda deja de hacerlo para convertirse en
pupa (Eichelkraut y Cardona, 1989). Las primeras tres etapas ninfales duran de 2 a 4 días
cada una, según la temperatura. La pupación dura aproximadamente 6 días (CABI, 2020).
El adulto emerge a través de una ruptura en forma de 'T' invertida del integumento
pupal y expande sus alas antes de empolvarse con cera de las glándulas del abdomen. El
adulto se alimenta minutos después de emerger; entre dos a cuatro horas las hembras
rgenes pueden colocar huevos viables de los cuales salen machos (Eichelkraut y Cardona,
1989). La cópula comienza de 12 a 20 horas después de la emergencia y tiene lugar varias
veces a lo largo de la vida del adulto. Una hembra puede vivir 60 días, aunque la vida del
macho es generalmente mucho más corta, entre 9 y 17 días (Gamarra et al., 2016; CABI,
2020).
El tiempo de desarrollo depende de la temperatura y la planta hospedante. Para los
Phaseolus vulgaris, el tiempo de huevo a adulto puede variar de 13 a 38 días (Eichelkraut &
Cardona, 1989; Peña et al., 1992; Quijije et al., 1995).
Huevo
El ciclo de vida de la mosca blanca comienza con huevos de color amarillo pálido u
ovalados que la hembra deposita en el envés de las hojas. Los huevos se colocan en
grupos de 10-15 y son fáciles de observar.
Larva
Al eclosionar del huevo, la larva móvil busca un lugar adecuado en la hoja para
alimentarse. Las larvas son pequeñas, de color blanco o amarillento y se fijan a la
superficie de la hoja. La larva pasa por cuatro estadios antes de convertirse en pupa.
Pupa
Después del cuarto estadio larval, la mosca blanca entra en el estado de pupa. La
pupa se adhiere firmemente a la hoja y se asemeja a una pequeña escama de color
blanco o amarillento. Dentro de la pupa, el insecto se transforma en un adulto.
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Adulto
El adulto emerge de la pupa y está listo para reproducirse. Los adultos son de vida
corta y pueden vivir de una a dos semanas. Las hembras pueden poner hasta 200
huevos en su vida, completando así el ciclo de vida.
Condiciones que favorecen la infestación por mosca blanca
La infestación por mosca blanca en el cultivo de papa es favorecida por una serie de
condiciones ambientales y de cultivo. Entre las más importantes destacan:
Temperaturas cálidas y húmedas: las moscas blancas prosperan en
ambientes cálidos y húmedos, lo que favorece su reproducción y desarrollo.
Falta de enemigos naturales: la presencia de depredadores naturales, como
las mariquitas y las crisopas, ayuda a controlar las poblaciones de moscas
blancas. Sin embargo, en cultivos intensivos, la presencia de estos insectos
benéficos es limitada.
Cultivos densos: los cultivos densos y con poca ventilación favorecen la
proliferación de la mosca blanca, al crear un microclima ideal para su
desarrollo.
Falta de rotación de cultivos: la rotación de cultivos ayuda a reducir la
presión de las plagas, incluyendo la mosca blanca, ya que rompe el ciclo de
vida del insecto y reduce su abundancia.
Uso excesivo de fertilizantes nitrogenados: los fertilizantes nitrogenados
pueden estimular el crecimiento vegetativo de la planta, lo que a su vez
puede aumentar la atracción de la mosca blanca.
Métodos de control cultural
Rotación de cultivos
Rotar los cultivos de papa con otros como maíz, trigo o leguminosas (como
fríjol y guisantes) puede ayudar a reducir la infestación de mosca blanca. La
rotación interrumpe el ciclo de vida de la plaga y limita su disponibilidad
de hospedantes.
Manejo de malezas
Las malezas pueden servir como hospederos para la mosca blanca, por lo
que su control es crucial. La eliminación de malezas alrededor del cultivo
de papa (métodos manuales o mecanizados) ayuda a reducir la población de
moscas blancas y limita su capacidad de propagación.
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Uso de variedades resistentes
La utilización de variedades de papa resistentes a la mosca blanca es una
estrategia preventiva eficaz. Se recomienda consultar con expertos en el área
para seleccionar variedades que presentan mayor tolerancia a la plaga.
Control de la densidad del cultivo
Evitar una densidad de siembra excesiva permite una mejor ventilación del
cultivo, lo que reduce la humedad y desfavorece la reproducción de la mosca
blanca. Se recomienda mantener una distancia adecuada entre las plantas
para una mejor circulación de aire.
Métodos de Control Biológico
Enemigos naturales: Encarsia sp., Chrysopa sp., Verticillium lecanii y Paecilomyces
fumosoroseus.
Mariquitas (coccinellidae): las mariquitas son depredadores naturales de la
mosca blanca y sus larvas. Se alimentan vorazmente de las larvas y huevos
de la plaga, contribuyendo al control biológico de la mosca blanca.
Crisopas (chrysopidae): las crisopas son otro depredador natural de la mosca
blanca. Las larvas de las crisopas son voraces depredadoras de las larvas de
la mosca blanca y pueden consumir un gran número de estas plagas en su
etapa larval.
Parasitoides: algunos parasitoides, como los himenópteros, son capaces de
parasitar las larvas y pupas de la mosca blanca. Los parasitoides depositan
sus huevos dentro de la larva de la mosca blanca, y la larva del parasitoide
se alimenta del hospedero hasta matarlo.
Hongos entomopatógenos: algunos hongos entomopatógenos, como
Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae, son capaces de infectar y matar a
las moscas blancas. Estos hongos se aplican a través de aerosoles o polvo.
Métodos de Control Químico
El control químico debe ser utilizado como último recurso, ya que puede afectar
negativamente a los enemigos naturales de la mosca blanca y contaminar el medio
ambiente. Solo deben utilizarse insecticidas autorizados por las autoridades fitosanitarias y
con una baja toxicidad para el hombre y el medio ambiente. Es importante seguir las
instrucciones de uso del producto y aplicar la dosis correcta para evitar riesgos.
Insecticidas de contacto: los insecticidas de contacto actúan por contacto
directo con el insecto. Es importante cubrir bien las plantas para asegurar la
efectividad del producto.
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Insecticidas sistémicos: los insecticidas sistémicos se absorben por las plantas
y son transportados a través de la savia. La mosca blanca se intoxica al
alimentarse de la planta.
Insecticidas biológicos: los insecticidas biológicos son productos elaborados
a partir de organismos vivos, como bacterias, hongos o virus, que son
patógenos para la mosca blanca. Son una alternativa más sostenible a los
insecticidas químicos convencionales.
Es fundamental realizar un monitoreo constante de las poblaciones de moscas
blancas para determinar cuándo es necesario aplicar tratamientos químicos. Si se detecta
una infestación de mosca blanca en el cultivo, se debe realizar un tratamiento de control,
pero siempre buscando minimizar el impacto en el ambiente y en los enemigos naturales.
Grupos toxicológicos comunes
Los insecticidas utilizados para el control de la mosca blanca pertenecen a varios
grupos toxicológicos. Algunos de los más relevantes son:
Insecticidas Neonicotinoides: actúan sobre el sistema nervioso de los
insectos. Ejemplos incluyen imidacloprid y thiamethoxam.
Insecticidas Piridazinas: actúan por contacto e ingestión. Un ejemplo es el
acetamiprid.
Inhibidores de la Quitina: interfieren en la formación del exoesqueleto de
los insectos. Por ejemplo, diflubenzurón.
Insecticidas Órgano-fosforados: actúan inhibiendo la acetilcolinesterasa,
afectando el sistema nervioso. Por ejemplo, malatión.
Insecticidas de Origen Botánico: como el aceite de neem o piretrinas, que
son menos tóxicos y más amigables con el medio ambiente.
Etapas de aplicación
La aplicación de insecticidas para el control de la mosca blanca debe realizarse en
las siguientes etapas:
Prevención: aplicar antes de que se detecten poblaciones significativas. Esto
es especialmente importante en cultivos susceptibles.
Umbral de daño: generalmente, se recomienda aplicar insecticidas cuando
se observan entre 5 a 10 adultos de mosca blanca por planta o cuando se
detecta un aumento en las poblaciones de ninfas en el cultivo. Este umbral
puede variar según la variedad del cultivo y las condiciones locales.
Etapa vegetativa: la aplicación es más efectiva durante las etapas vegetativas
del cultivo, cuando la mosca blanca es más susceptible y el daño puede ser
más crítico.
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Monitoreo y evaluación
Monitoreo regular: inspeccionar las plantas regularmente para detectar la
presencia de mosca blanca y evaluar su población.
Evaluación postaplicación: después de aplicar un insecticida, se debe
monitorear la eficacia del control y ajustar las estrategias según sea necesario.
El uso de productos químicos para controlar la mosca blanca debe ser parte de un
enfoque integrado que incluya prácticas culturales, biológicas y mecánicas para lograr un
manejo sostenible. Es esencial seguir las recomendaciones específicas para cada producto y
considerar los efectos sobre los enemigos naturales y el medio ambiente.
Implementación del Manejo Integrado de Plagas (MIP)
Monitoreo
El monitoreo de la mosca blanca es el primer paso crucial en la implementación del
MIP. Esto implica la observación regular de las plantas de papa para detectar la
presencia de huevos, larvas, pupas y adultos. El monitoreo se debe realizar durante
todo el ciclo de cultivo para determinar la densidad de la población de la plaga.
Identificación
Una vez que se identifica la presencia de la mosca blanca, es importante determinar
la especie específica y su etapa de desarrollo. Esto ayudará a seleccionar los métodos
de control más efectivos y a evitar el uso innecesario de insecticidas.
Control cultural
Implementar prácticas culturales que minimicen la presión de la plaga, como la
rotación de cultivos, el control de malezas y la utilización de variedades resistentes,
es fundamental en el MIP.
Control biológico
Se recomienda promover el uso de enemigos naturales de la mosca blanca, como
las mariquitas, las crisopas y los parasitoides, para controlar la plaga de manera
sostenible y sin afectar el medio ambiente.
Control químico
El uso de insecticidas debe ser el último recurso, utilizándose solo cuando los otros
métodos de control no sean suficientes. Se deben seleccionar insecticidas
autorizados por las autoridades fitosanitarias y con un bajo impacto ambiental. La
aplicación de insecticidas debe ser precisa y controlada.
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Tabla 1. Ejemplo de un Programa de MIP para la mosca blanca en el cultivo de papa
Fase del cultivo
Prácticas de MIP
Preparación del Terreno
Rotar el cultivo de papa con otras especies
para evitar la acumulación de plagas.
Siembra
Utilizar variedades de papa resistentes a la
mosca blanca.
Crecimiento Vegetativo
Monitorear las poblaciones de mosca
blanca y sus enemigos naturales.
Implementar prácticas culturales para
minimizar la presión de la plaga.
Flotación
Continuar con el monitoreo y, si es
necesario, aplicar tratamientos biológicos,
como la introducción de enemigos
naturales, para controlar la población de la
plaga.
Cosecha
Evaluar el impacto del control de plagas y
ajustar las estrategias para el próximo ciclo
de cultivo.
Fuente: Elaboración propia
Esta estrategia contribuirá a la estabilización del agroecosistema, a la reducción de
las poblaciones de mosca blanca y a una mayor rentabilidad del cultivo al bajar costos de
producción asociados al uso frecuente de insecticidas químicos.
Conclusión
El manejo integrado de plagas (MIP) es una estrategia eficaz para controlar la mosca
blanca en el cultivo de papa. Combinar métodos culturales, biológicos y químicos permite
reducir la dependencia de los insecticidas sintéticos, minimizando el impacto ambiental y
protegiendo la salud humana. Al implementar un programa de MIP bien diseñado y
adaptable a las condiciones específicas del cultivo, se puede controlar la mosca blanca de
manera sostenible y eficiente, garantizando la producción de papas de alta calidad y un
medio ambiente más sano.
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